Conocí a Gon con una cerveza en la mano y la idea de ver mundo rondándole por la cabeza..y por el alma. Mientras me lo
contaba me contagió enseguida esa ilusión, imaginación y ganas que le pone uno a todo lo que le encanta y pensé “¡Coño!
Este está dispuesto a irse bien lejos de casa..y yo también”
La conexión fue inmediata, y pudimos
comprobar al poco que a los dos nos tiraba lo mismo, el monte, ac/dc
(entre otros), y la pasión por comer hasta reventar.
Hoy, con medio pie en Asia y después
de muchas charlas transcendentales y de las que no lo son
tanto..gozamos de una amistad de las buenas.
Javi es la típica persona de la que
puedes decir que es un auténtico “colgao”. Cuando le ves por
primera vez y hablas con el 10 minutos, tienes esa sensación
de conocerle desde hace varios años. Siempre lleva una sonrisa
puesta y el brillo de los ojos delata que a pesar de sus 26 años,
sigue disfrutando de la vida como lo hace un niño. Diría casi sin
equivocarme, que no hay mejor compañero para lanzarse a vivir una
aventura como esta.